Según el budismo tibetano, se habla de “los cuatro poderes de oposición” que son considerados como herramientas para superar obstáculos y purificar la mente. Cuando has cometido un error, puedes aplicar el principio de los cuatro poderes para abordar cualquier situación. Estos poderes son:

  • El poder del arrepentimiento: Implica reconocer y lamentar sinceramente cualquier acción negativa cometida en el pasado (o en el presente). Este poder permite liberarse del remordimiento y cultivar un compromiso renovado de no repetir esas acciones. Recuerda, el arrepentimiento no es igual que sentir culpa (la culpa no sirve para nada).
  • El poder de la confianza: Consiste en confiar en la bondad intrínseca de la naturaleza de la mente y en la capacidad de cada ser para transformarse. A través de la confianza, uno puede superar las dudas y desarrollar una actitud positiva hacia el crecimiento espiritual. Recuerda, la confianza es derivada del entendimiento, es decir: no es fe ciega.
  • El poder de la aplicación correcta: Significa tomar medidas concretas para corregir las acciones negativas y cultivar las cualidades positivas. Esto implica practicar la meditación, estudiar las enseñanzas budistas y adoptar un estilo de vida virtuoso. Recuerda, remendar un error es hacerse responsable, es decir: ser consciente de las propias acciones y asumir las consecuencias de ellas. Implica ser consciente de la influencia que tenemos sobre nuestras vidas y el impacto que nuestras acciones pueden tener en nosotros mismos y en los demás.
  • El poder de la aspiración: Se refiere a establecer metas y aspiraciones espirituales elevadas. Al tener una visión clara y un deseo ardiente de alcanzar la iluminación y beneficiar a todos los seres, uno se motiva y dirige sus esfuerzos hacia el logro de ese objetivo último. Recuerda, es poco a poco. Sé paciente contigo misma.

Estos cuatro poderes se consideran esenciales en el camino budista para superar las negatividades y desarrollar cualidades positivas que conducen a la liberación y la iluminación. Todos somos humanos y cometemos errores, pero es a través de estos poderes de oposición que podemos aprender, crecer y avanzar en nuestro camino hacia la sabiduría y la compasión.

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